martes, 17 de febrero de 2015

La autonomía personal en la infancia. ¿Qué es la autonomía?

Si atendemos a la Orden del 5 de agosto de 2008, por la que se desarrolla el currículo de educación infantil en Andalucía, nos damos cuenta que los objetivos de etapa (el a y el b fundamentalmente) mencionan claramente la autonomía personal:

a) "Construir su propia identidad e ir formandose una imagen positiva y ajustada de sí mismo, tomando gradualmente conciencia de sus emociones y sentimientos a través del conocimiento y valoración de las características propias, sus posibilidades y límites"

b) "Adquirir autonomía en la realización de sus actividades habituales y en la práctica de hábitos básicos de salud y bienestar, así como desarrollar su capacidad de autonomía"

Ya en los objetivos generales para la etapa, es decir, para el primer ciclo y el segundo de la Educación Infantil, la legislación destaca el papel fundamental de la autonomía personal en el niño/a. Desde el primer ciclo de infantil enseñamos rutinas relacionadas con los hábitos básicos de higiene y salud y continuamos haciéndolo en el segundo ciclo, ampliando cada vez más estos hábitos e instando a que los niños/as los completen de manera autónoma.

Siguiendo con esta Orden andaluza, encontramos que una de las Áreas de E. Infantil es  "Conocimiento de sí mismo y autonomía personal". Se incluyen en esta área contenidos relacionados con la construcción de la identidad, el descubrimiento y control de las emociones, la progresiva adquisición de autonomía e iniciativa en la interacción con el entorno social, físico y cultural..

Sabemos que al nacer, el ser humano es completamente dependiente de sus progenitores, es decir, el bebé necesitará los cuidados de su familia durante un largo periodo de tiempo, hasta que sea capaz de ir desenvolviéndose por sí mismo en el medio. Se establece entre el bebé y la madre (o persona que lo cuida y que pasa más tiempo junto a él) el llamado vínculo de apego, que si es adecuado, proporcionará estabilidad, seguridad y confianza al niño/a. Un mal desarrollo de este vínculo influirá en las interacciones y relaciones personales del niño/a en el futuro.

El niño/a podrá desarrollar su autonomía en la medida que consiga:
* El control y dominio progresivo de su propio cuerpo, así como de sus posibilidades y límites.
* La distinción entre su cuerpo y el cuerpo del otro o entre su cuerpo y el espacio que le rodea.
* La posibilidad de explorar el medio, planificar y secuenciar sus acciones.
* Adquirir hábitos de higiéne, sueño, nutrición y salud en general.
* Relacionarse con sus iguales y con un número cada vez más elevado de personas y situaciones que generen los conflictos cognitivos necesarios para el desarrollo del niño/a.

Por tanto, en la escuela infantil deberemos fomentar las actividades en las que el niño/a pueda "tomar decisiones" por sí mismo, hacer elecciones, interaccionar con varios materiales y recursos, hablar y comunicarse con sus compañeros, comunicarse de forma verbal o no verbal, etc.
Las actividades que trabajan el desarrollo de la psicomotricidad proporcionan al niño/a conocimiento sobre su cuerpo y las posibilidades de acción de las que dispone. En el momento en que el niño/a comience a gatear, ponerse de pie y andar, sus interacciones con el entorno aumentarán en su calidad, su frecuencia y su cantidad. Debemos evitar la sobreprotección e instar a las familias a que eduquen niños/as autónomos, capaces de moverse por sí mismos/as. 

Existen estilos educativos muy distintos en cada una de las familias de nuestros alumnos/as así como distintos temperamentos. Es posible que encontremos en el aula niños/as muy tímidos y otros muy extrovertidos. Hemos de pensar que estos rasgos de personalidad no son estáticos, el niño/a no será tímido para siempre, o lo será, pero en la justa medida, de forma que no le supondrá una dificultad para comunicarse, expresarse y relacionarse. 
Como maestros/as debemos poner al alcance del niño/a la posibilidad de adquirir nuevas pautas de conducta y comportamiento orientadas a favorer su autonomía e iniciativa. El aprendizaje a estas edades siempre se realiza a través del juego y podemos planificar y programar juegos de rutinas y secuencias que den la suficiente libertad al niño/a para tomar decisiones, elegir entre varias opciones, proponer alternativas, etc.

"La autonomía se aprende y se enseña"

Anticiparnos a las acciones de nuestros alumnos/as por el miedo a que puedan hacerse daño, romper material, etc. sólo proporciona un ambiente estresante y rígido que no favorece el desarrollo de la autonomía. Es necesario cuidar y velar por la seguridad de los niños/as a nuestro cargo, pero hemos de dejarles ser, moverse, correr, errar, comprobar las "consecuencias" de sus acciones, permitirles probar distintas alternativas y valorar por sí mismos los resultados.

El uso de las TICS beneficia mucho el desarrollo de esta autonomía pues el niño/a puede trabajar él solo y pedir ayuda cuando la necesite, ya sea con la PDI (pizzara digital), tabletas, ordenadores, etc. De este modo tener un rincón o varios para la utlización de TICS sería un doble recurso para favorecer la autonomía!

Os presentamos también algunos libros que podéis incluir en vuestra biblioteca de clase, en vuestras unidades didácticas o en algún supuesto que hable sobre trabajar la autonomía:
actividad para niños cuentos manualidades

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